Este verano estuve visitando el campamento de ‘Soy niña, Soy imperante’, y aproveché para darme una escapadita a una de mis playas favoritas, Costa Esmeralda, en Miches. En este viaje andaba con la fotógrafa Yael Duval quien me hizo unas fotos ese día; al verlas me di cuenta que el corte que me había hecho recientemente no era suficiente.
Les dejo una foto foto para que tengan una idea.
Así que hice lo que siempre hago antes de hacerme un cambio: busqué ejemplos de chicas con textura similar a la mía en el internet, ¿cómo les explico? Esto puede tomar desde unos minutos a un par de horas, pero lo importante es no rendirse. Yo fui viendo hasta dar con una forma que me gustara.
Luego se lo mostré a Wendy y manos a la obra.
¿Por qué estaba inconforme?
En mi caso, buscaba unas capas más definidas así que decidí soltar el miedo ya que el cabello crece, y prefiero tenerlo un poco más corto, pero con una forma que disfrute.
Sé que muchas veces le tenemos miedo a la tijera, pero es bueno aprovecharlas nuestras opciones y jugar con nuestros rizos. En mi caso, no fue porque sintiera que me hicieron un mal corte, fue un 101 de honestidad conmigo misma y darme cuenta que debía dar otro paso.
De regreso a la búsqueda y regreso a la silla
Después de perder casi 12 pulgadas decidí regresar a la silla y volver a la pollina oficialmente (ella y yo como que tenemos un matrimonio obligado). Al contrario de lo que pensé, no me molesta ni me da calor.
Para mantener esta forma de corazón, tendré que visitar la silla más seguido (como cada 4 meses para ser más exacta).
Cuéntenme, ¿Han jugado con su cabello después de no quedar conforme con un corte? ¿Cómo lo han superado?
Abrazos,
Carolina